PRIMERA PARTE
TE NOMBRARÉ VECES Y VECES
“…la memoria no supone necesariamente
El presente, pero pertenece a la realidad”
F. Urondo
La sociedad construye un sentido del pasado en función de su experiencia. La historia necesita de la memoria para reconstruir críticamente el pasado. La escritura testimonial por ejemplo da lugar a la “contra-historia” negada por el silencio de los principales ejecutores de un plan sistemático de aniquilamiento de los ideales de la comunidad.
Juan Gelman, es un escritor Argentino, nacido en 1930 y vivió muy de cerca los acontecimientos producidos por la dictadura, en un primer momento como integrante de
En este trabajo no me quiero desplayar mucho haciendo referencia a la vida de Gelman, pero si es bueno tener en claro el contexto en que se idearon sus obras, ya que como leemos en un texto de Luccien Goldmann (1955) “El pensamiento y la obra de un autor no pueden comprenderse por si mismo permaneciendo en el plano de los escritos e incluso en el de las lecturas y las influencias. (…) Una idea, una obra, sólo obtienen su verdadera significación cuando se han integrado en el conjunto de una vida y de un comportamiento. (…) el comportamiento que permite entender la obra no es el del autor, sino el del grupo social”
Pues a partir de esta cita llevare adelante mi hipótesis, estableciendo que en dichas obras más que una mirada individual y subjetiva, se ve la mirada de todo un grupo social, influenciada por ideologías y un contextos determinado, hay como diría Goldmann una “Conciencia de Grupo” y lo que nosotros llamaremos una literatura “comprometida” con su contexto[1] .
Esto me permitirá rastrear a su vez las formas con que Gelman construye no sólo su memoria, sino también su mirada que a su vez es la mirada que todo un grupo social determinado tubo en ese contexto “
POR
En el corpus seleccionado “Cólera Buey” (1971) y “Si Dulcemente” (1980) el tema político se manifiesta desnudo y concreto. Es la época del Juan Gelman militante del partido comunista y también del desengaño.
Ø CÓLERA BUEY:
Aquí desde su comienzo, el autor avisa que en este libro incluye un poema al comandante Guevara y los relatos de nueve libros escritos en un momento muy particular de su vida. Se trata de una etapa en crisis, donde la poesía entra en ruptura, de esta manera se pone a prueba y habla a través de ella, por medio de una gran diversidad de recursos como la invención de "otros" que firman por él, escritores ficticios como Yamarrokuchi Ando y John Wendell, dos de las identidades que asumen el sujeto poético y se manifiestan a través de simuladas traducciones de poemas, esto le sirve como máscara, como defensa de su propia identidad:
“… En todas partes me esperan sus poemas
Oscuras relaciones con mi historia
Bellos desconocidos para mi goce y miedo
Entro a ellos sin nombre para que me los digan
Me dan manos y pies pero nunca mi rostro sino rostros”[1]2
AIDE-MEMOIRÉ
Así comenzamos nuestro recorrido, con un Gelman encubierto en otro y en muchos casos en un nosotros que difiere del ellos (enemigo).
La primera parte de la obra denominada “El amante mundial” nos da por momentos una sensación de incoherencia, donde se nos es complicado comprender el qué nos dice, no hay puntos, ni comas y en muchos casos ni siquiera se sigue una estructura sintáctica (“puso el mantel hijo solloza en los himnos de la patria”) pero dentro de los que yo (lector) doy en llamar un bodoque de incoherencias , veo o descubro que su significado va más haya de leyes gramaticales, descubro palabras/frases claves como: “códigos violados” “límites inciertos” “carne en libertad” “trampas de la noche” y la verdad de eso es que el sujeto poético debe “Con los caballos de las palabras debo hacer caminos/ una dulce pradera donde las bestias se devoren los ojos/ pájaros heraldos concurrirán con su fuego” con esta advertencia debemos tomar la obra, donde las trampas del género y la literatura se ponen de manifiesto, no todo lo que el autor va a escribir va a ser simple o sencillo, sino que tendrá su complicación para que las bestias (como llama al enemigo) no despierte su furia.
Gelman construye su memoria a través del discurso, Gelman gelmanea, escribe, le pierde el miedo al gran caballo (la palabra) y por medio de éste comenzará el relato (escondido) de los hechos, puede considerarse como una estrategia de lucha política, constituye un deber, un mandato que debe ser consumado por los sobrevivientes (“¿Cuándo nos crecerán las manos amados indefensos?”[2]) no solo con la finalidad de salvaguardar la memoria de las victimas, sino con el objetivo de crear y reforzar la conciencia revolucionaría (“defender la justicia/ hacer la revolución”).
Un tema muy presente en su obra es la del “silencio”, la censura que se vivió en esa época (“lenguas cortadas” “silencio bajo el sol”), esa censura que tenía como único fin provocar el olvido y la ignorancia de los ciudadanos sobre lo que acontecía en el país (“el olvido el silencio” “escribo en el olvido”) y que él con sus poemas, que en muchos casos son tomados como armas, impiden que el olvido sea completo (“toda poesía es hostil al capitalismo” “estos poemas (…) estas palabras (…) a veces son peores que los actos”)[3]
En ciertos casos a parte de la censura, de la impotencia de gritar “claramente” todo lo acontecido, se verifica lo que ya fuimos adelantando en la introducción, la existencia de una memoria oficial y una memoria que podríamos denominar clandestina, esa memoria social, silenciada (por ejemplo en Pensamientos se lee “dicen los textos (…) así será la historia pero yo les aseguro que no es cierto”)
Para hacer referencia al enemigo usa palabras, que son en cierta forma “símbolos” como bestias (pero bestias cobardes), buitres, etc. mientras que ellos son pájaros que cantan, pájaros heraldos (mensajeros de la luz/verdad).
El uso de palabras simbólicas para hacer referencia a algo específico es un recurso que se reitera en toda la obra, así como también las metáforas que no son otra cosa (en algunos casos) que reclamos, verdades escondidas, denuncia (“Están roncos de tanto pensar” –se mezcla la ironía en este caso- “Tristeo como un buey” “parir monstruos de ternura”), las preguntas retóricas, poseen muchas veces un alto sentido afirmativo mientras que en otros casos sólo entorpecen las entonación para fracturar las expectativas ideológicas, existe un lenguaje suprimido, donde el interlocutor puede formular lo que el poema no escribe (¿A dónde ira a parar tanta desolación, tanta hermosura?)
Y con estos recursos, la poesía/la palabra le permite a Gelman crear su memoria (escondida y escondido) y así manifestar su ideología (la de su grupo) que como vamos viendo es contra los militares (“perros viejos”)
En la obra Gelman demuestra tener un modelo a seguir y este es “el Che Guevara” al cual le dedica un extenso poema (Pensamiento) donde habla de su muerte por seguir sus ideales. Y esto es lo que quiere Gelman, incentivar a sus compañeros a pelear por la patria, por los ideales poniendo como ejemplo a Guevara (“por fin hay muertos por la patria”).
En Traducciones I Los poemas de John Wendell, en el poema LXV, se manifiesta el matar al enemigo antes que ellos los maten (“puedes hacer casamiento y amistades entre iguales pero no así entre la comida y quien se la come”) pone como ejemplo (otro recurso muy usado) animales de la selva, el león que come a Panini, el elefante que mata a Jaimini y así cada victima es vencida pese a las virtudes que puede aportar a un país porque “qué valen las virtudes para las bestias hambrientas”, compara como dijimos ya anteriormente al enemigo con animales de la selva, y es que nos da la impresión de que ellos van convirtiendo el país en una selva, la selva donde sobrevive el mas fuerte[4].
En el poema Gotán (1962), comienza a disfrazar la crítica aguda y la convierte en humor, ironía y audacia. Borra nuevamente su identidad, (“yo nunca escribí libros”) y hace referencia a la censura, y a la poesía como algo que nace por si sola. (“la poesía gira en sus propios brazos”)
[1] En
[1]2 Los subrayados son míos, para dar cuenta de lo que quiero mostrar.
[2] el “nos” marca importante, remite al nosotros, al grupo.
[3] Urondo es otro de los poetas que en tiempo de dictadura, su escritura se vio influenciada por dicho contexto y al igual que Gelman hace hincapié en sus poemas como una especie de arma para salvar la memoria, para decir aquello que la censura no le permitía. En un poema dice ser “una memoria de paso” y cuando reclama el robo de elementos personales en el poema QUIERO DENUNCIAR (Poemas póstumos) dice “estos papeles desaparecieron por el miedo…”
[4] Urondo también uso palabras simbólicas para denotar a sus enemigos, por ejemplo en algunos casos los llama “Ave de rapiña” y todo el tiempo en la mayoría de sus poemas hace referencia al país como un campo de batalla, no solo eso sino que hay un poemario que escribió entre 1973-1976 que se llama “Cuentos de Batalla” y toma como tema principal la denuncia de los atroces actos vividos en dictadura.